LA CRUDA REALIDAD QUE NOS DEPARA Y NO REALIZAMOS NADA PARA CAMBIARLO
- Digno Latido
- 11 nov 2022
- 3 Min. de lectura

Por: Haroldo Josué Chávez
Guatemala es un país hermoso que sufre por descuidos de los gobernantes o autoridades que prefieren aprovecharse del poder que les fue otorgado, lo cual afecta el país y a sus habitantes en diferentes y múltiples áreas. Entre el grupo de ciudadanos que más han sido perjudicados están las personas adultas mayores, quienes han sido “borrados” por la sociedad en general.
La mayoría de adultos mayores no cuentan con empleo, instituciones de salud pública o de asistencia de buena calidad, ingresos económicos, programas de educación, entre muchas situaciones más. A causa de esto se desperdician las habilidades físicas e intelectuales de las personas más sabias que pueden lograr ser un factor determinante en la preparación y orientación de futuras generaciones.
El simple hecho de pensar en un cambio para los adultos mayores en Guatemala es muy difícil. Si bien la realidad que viven es bien conocida por todos nosotros, incluso puede ser una realidad a afrontar con el paso de los años. Entonces, ¿qué sucede con nuestro futuro? ¿Hay que aceptar la realidad que viven actualmente y visualizar nuestra mayoría de edad de la misma manera?
Para realizar un cambio primero tendríamos que realizar tres preguntas: ¿qué hay que cambiar?, ¿por qué hay que cambiarlo? Y ¿cómo lo cambiamos? Después de vivir diferentes episodios de protestas en el pasado al no aceptar las acciones y decisiones de nuestros gobernantes, es necesario aplicar la misma fórmula para promover un cambio sobre la situación de los adultos mayores y evitar que nuestro futuro sufra de igual manera. Posiblemente se puedan aplicar cambios, aunque los sistemas Ejecutivo y Legislativo de nuestro país carecen de dinámicas y procesos rápidos y eficaces que permitan regular una vida estable; lo cual, a corto y mediano plazo, constituye un obstáculo para que mejore la situación.
Nuestros sistemas de gobierno son deficientes; por lo tanto, ¿cómo podemos realizar un cambio eficaz y con resultados tempraneros? La Asociación Guatemalteca de Geriatría y Gerontología ha descrito en diversos artículos cómo los familiares de los adultos mayores han minimizado sus atribuciones dentro del rol familiar. Es decir, todas las cualidades y aportaciones que puede ejercer un adulto mayor dentro de la familia suele ser relegado a un segundo plano, incluso ejerciendo pequeñas tareas.
Actualmente, en la cultura guatemalteca, en la mayoría de familias, los adultos mayores ejercen de papás y mamás secundarios. En otras palabras, son quienes cuidan, crían y enseñan a sus nietos mientras que los hijos trabajan para generar un ingreso y sustento para la familia. No somos los malos del cuento; sin embargo, en cierto modo aportamos en reducir la potencialidad a las personas de tercera edad con tareas de la casa o en la crianza de los miembros más jóvenes de la casa.
Por consiguiente, si deseamos cambiar la perspectiva y la realidad del adulto mayor, es necesario generar pequeños cambios dentro de la familia e impulsar la importancia de los adultos mayores, aprovechando las habilidades y sabiduría que aún mantienen. Con estos nuevos cambios el paradigma que tenemos sobre el adulto mayor puede cambiar considerablemente y facilitar la construcción de una imagen más significativa.
Si cambiamos el rol del adulto mayor en la familia, es posible creer en la posibilidad de generar un cambio dentro de una sociedad. Donde puedan ejercer leyes o proyectos sociales que brinden una ayuda de forma laboral, económica, de salud o educativa. Asimismo, aportamos una ayuda a la generación actual de adultos mayores y aseguramos un futuro más prometedor para nuestra generación y un porvenir mejor para los más jóvenes.
Pensemos en cambiar las situaciones que son fáciles y que están a nuestro alcance para después pensar en grande y mejorar como sociedad, una unida y con un horizonte común.

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